El tiempo libre, es definido por Gómez (2015) como el lapso que no es empleado en trabajar o en realizar alguna labor asignada o autoimpuesta. Dentro del tiempo libre se puede incluir el concepto del ocio. El ocio, como explica Trilla (1993), es una actividad que parte de la autonomía del individuo, la cual le genera placer en su realización y por lo tanto ofrece un regocijo personal.
Es a través del ocio y la gestión del tiempo libre de los niños, niñas y adolescentes -NNA, como el sector educativo puede generar estrategias desde las aulas, especialmente en horarios complementarios a la jornada escolar. Debido a que una solución integral al trabajo infantil debe partir desde la promoción de la educación como eje central, la generación de conciencia en torno a los problemas que genera el trabajo infantil, y la implementación de alianzas que generen integración, focalización de esfuerzos y colaboración (Miller, 2012).
Así, Silva (2014) resalta las soluciones educativas y culturales como la forma más efectiva de hacerle frente al trabajo infantil, donde hay que separar el contexto rural del urbano para generar soluciones diferenciadoras, debido a las condiciones desiguales en que viven los NNA, así como su arraigo cultural, son variables para tener en cuenta por las estrategias empresariales, educativas o gubernamentales por desarrollar e implementar.
Entre las prácticas exitosas que se han implantado para erradicar el trabajo infantil, desde un enfoque centrado en el sector de la educación, se encuentran la creación de centros de educación no formal; establecidos para proporcionar educación complementaria, actividades recreativas y culturales para el aprovechamiento del tiempo libre de los niños en riesgo de trabajo infantil, así como la donación de útiles escolares (OIT, 2010). Estas pueden ofrecerse en un horario posterior al ofrecido desde el colegio e incluir ofertas culturales, deportivas y educativas (Unicef, 2013).
Dentro de esta formación educativa complementaria, se encuentra la posibilidad de ofrecer programas técnicos, con el fin de que los NNA desarrollen habilidades adicionales en su tiempo libre y darles así la oportunidad de construir mejores oportunidades hacia el futuro, desde una perspectiva de tener un acceso legal y técnico al trabajo, una vez cumplan la mayoría de edad (OIT, 2010).
Por otra parte, se pueden generar apoyos por medio de becas, que permitan la retención de los NNA en el sector educativo, especialmente en aquellos de bajos recursos económicos y que demuestren una excelencia académica, con el fin posibilitar el desarrollo de estudios de educación media (secundaria) en una entidad educativa de carácter privado (Unicef, 2013).
De igual forma, un factor importante en la generación de estrategias es el trabajo colaborativo entre el sector educativo, los organismos de control del gobierno local, líderes comunitarios y el sector empresarial de la zona, con el fin de capacitar a los maestros en vigilancia y seguimiento a los casos de trabajo infantil (OIT, 2010).
Finalmente, se debe entender que el trabajo infantil al ser un fenómeno infravalorado e invisibilizado requiere una atención diferenciadora, enfocada en la atención psicología, el arraigo cultural, el correcto manejo del tiempo libre y el proyecto de vida del NNA; que mejore sus condiciones socioeconómicas y les brinde mejores posibilidades de romper los ciclos de pobreza, desde el acceso y la retención en sistemas educativos de calidad.
Oscar Mauricio Gómez Miranda