La Organización Internacional del Trabajo-OIT (2008), incita a las empresas a involucrarse de
forma activa en la búsqueda de soluciones para la erradicación del trabajo infantil-TI, más allá del simple cumplimento legal de no contratar a un menor de edad (según normativas de cada país), concentrando los esfuerzos en los grupos de interés y en sus cadenas de valor como parte de su Responsabilidad Social Empresarial- RSE.
Los grupos de interés son todos aquellos actores que existen en el entorno, y que tienen la capacidad o de afectar a la empresa por su influencia o poder, o que la empresa puede afectarlos por medio de su actuar y existencia. White (2006) resulta que las empresas deben partir de la identificación de sus grupos de interés con el fin de articular sus intereses a su propia estrategia empresarial. Así White (2006) define a la RSE como “el enfoque de gestión que identifica, valora y respeta los intereses de todas las partes interesadas de la organización” (p.6).
La cadena de valor, por su parte, es un concepto generado por Michael Porter (1985) como herramienta de planeación estratégica utilizada para identificar ventajas competitivas, por medio de la cual, se busca y se desarrollan actividades que ofrezcan valor al cliente final. Así, la cadena de valor incluye, no solo los procesos realizados al interior de la empresa, sino también todas las actividades realizadas por los proveedores y distribuidores.
Sin embargo, Duque, Ortiz y Morales (2017) evidencian que, aunque las empresas generalmente no contratan personal menor de edad, estas no realizan esfuerzos reales por enfrentar el fenómeno presente en su entorno de influencia social, económico y de desarrollo, ya sea a través de acciones conjuntas con sus grupos de interés o por ejercer un control, vigilancia y capacitación sobre su cadena de valor.
Por consiguiente, Beyer (2012) propone involucrar a las empresas en la erradicación del TI a través de sus acciones de Responsabilidad Social Empresarial. Así el sector gubernamental y el sector educativo deben ser los actores encargados de proponer y de liderar las iniciativas para erradicar el trabajo infantil. Mientras que las empresas pueden ser partícipes de las actividades y estrategias que están desarrollando los gobiernos de cada región, ya se a nivel municipal o departamental, mediante el cumplimiento de la ley, los voluntariados, el apoyo económico, el aporte de infraestructura, así como mediante la proposición de nuevas soluciones para el trabajo mancomunado con todos los actores de la cadena de valor.
Un ejemplo de lo anteriormente expuesto se puede evidenciar en el caso SODIMAC, referenciado por la OIT (2011) en su estrategia para la prevención y erradicación del trabajo infantil en las empresas, donde se partió del compromiso establecido por la alta gerencia de SODIMAC, logrando estructurar inicialmente las políticas de la empresa alrededor de la no contratación de personas menores de 18 años, y pasando posteriormente a la promoción y capacitación a los proveedores, a través de un curso de producción responsable, con el fin de ahondar en la problemática y de dar a conocer la diferencia entre los trabajos que pueden realizar los NNA y los que no. Mostrando que la problemática no se aborda de forma individual, sino desde una ambiente de trabajo colaborativo con los grupos de interés. Fomentando así, una política de generar cadenas de valor libres de trabajo infantil.
Por lo tanto, las organizaciones deben entender que la RSE se debe extender a los grupos de interés, por lo que no solo se involucra el accionar de la empresa, sino que debe propender de la realización de acciones de forma conjunta, como las alianzas público-privadas, las cuales son más sostenibles en el tiempo, focalizan esfuerzos y generan impactos transversales en benéficos de la sociedad, por entender que todos los actores se enfocan en la implementación de estructuras y soluciones pensadas en el largo plazo.