Para algunos el tiempo no puede significar algo trascendental sino la forma para medir el transcurso del día; sin embargo, para otros representa un recurso no renovable que puede estar sujeto a la administración, una habilidad que incrementa el nivel de productividad. En este artículo se mostrará algunos consejos que se podrán tener en cuenta, los posibles ladrones de tiempo y la importancia de su administración.
Cada semana tenemos disponibles 168 horas; una parte de esta fracción se invierte en tiempo laboral y descanso, la pregunta en este caso es determinar cómo se aprovecha el tiempo restante y de qué manera podemos volvernos productivos en la cotidianidad estableciendo tiempos específicos para las actividades.
Algunos factores que pueden ser tenidos en cuenta para la administración del tiempo son: la decisión de querer cumplir un objetivo específico, bien dicen que sin decisión no hay acción. Otro factor de gran relevancia corresponde a la ansiedad que causa el futuro; es comprensible que deseemos tener todo organizado, pero es prudente vivir el hoy sin preocuparse por el futuro o deprimirse por el pasado. El último factor se relaciona a la espontaneidad, como es imposible programar todo hay que priorizar las tareas urgentes por si surge una eventualidad se pueda gestionar ésta en el tiempo correcto.
Ahora bien, aunque las actividades diarias estén programadas siempre se presentan hábitos o situaciones ya sea provenientes del entorno o de nosotros mismos que constituye para cualquier persona la primera razón de pérdida de tiempo, este concepto es expuesto por José María Acosta el cual distingue en su guía como ladrones de tiempo. Dentro del documento el autor hace un listado explicativo de distintas situaciones que se pueden categorizar en: ladrones de tiempo dentro del sector organizacional, este incluye procesos comunicativos no efectivos, objetivos confusos, desorganización, entre otros. También se distinguen los ladrones de tiempo personales, que se pueden relacionar con falta de concentración, interrupciones, aplazamiento de deberes, redes sociales y mucho más.
Con la gestión del tiempo no se busca actuar de forma mecánica para mejorar los logros en el entorno laboral, si el ser humano es pluridimensional debe fortalecer todas las esferas que lo componen para que exista un equilibrio y con ello tener una calidad de vida. Las actividades que se realicen a lo largo del día deben ser coherentes con los propósitos de las dimensiones familiar, personal, profesional y social. El tiempo asignado para las tareas diarias debe estar en sintonía con el proyecto de vida; una metodología que funciona para redefinir este aspecto fue el modelo del negocio personal creada por Clark y Osterwolder.
Y a modo de conclusión, para mejorar los niveles de productividad se pueden señalar algunos aspectos que resultarían provechosos como: delegar responsabilidades, tomar de decisiones optimizando el tiempo y orientándose al fin, realizar reuniones de análisis del comportamiento laboral; en ellas se pueden tocar temas como logros, resultados y estrategias. Otro factor que puede convertirse en un punto clave es determinar los espacios físicos de los elementos con los que se labora, si permanece todo en su lugar habrá eficiencia y orden mental. No hace falta ser especialista para entender que una de las cosas que no se puede cambiar es el transcurso o avance del tiempo, este siempre está agotándose.
Profesional en Comunicación y especialista de mercadeo en proceso. Apasionada por la radio y entusiasta por el Marketing y desarrollo empresarial, con conocimientos básicos de edición de vídeo, imagen y audio, amante de la planeación y generación de estrategias comunicativas, desarrolladora de proyectos de innovación empresarial.