CLÚSTER, UNA ALTERNATIVA DE CRECIMIENTO SOCIAL Y ECONÓMICO

Hoy en día hay diversos mecanismos, modelos o sistemas que permiten optimizar e incrementar el crecimiento tanto empresarial como regional, impulsando este favor de un sector específico. Para lograr dicho propósito se pueden crear alianzas, asociaciones u otras relaciones en contexto organizacional que promuevan un proceso de negociación el cual tenga como objetivo la innovación, el desarrollo tecnológico, la investigación química o científica en pro de una comunidad o región determinada. Este artículo tendrá como objetivo exponer el significado de un clúster, las direcciones que posee este, sus tipos o clases y finalmente, las condiciones necesarias para su desarrollo. 

Antes de definir este concepto es necesario especificar que fue gracias a Michel Porter en 1990 que no solo se usó el término, sino que adicional a ello, se realizaron estudios entorno a él. Justamente Porter manifestó que ‘la competitividad de una región se basa en la competitividad de sus industrias que a su vez es mejorada si una industria está sumergida en una profunda red’ (Actualidad Empresa, 2014) , dando a entender allí que las estrategias industriales que buscan generar un factor clave o una ventaja competitiva, tienen mayor trascendencia dentro del mercado si cuentan con una red de aliados estratégicos que busquen un objetivo común.

De acuerdo a las diversas definiciones que existe sobre el concepto, puede significar de manera concreta un conglomerado de organizaciones, empresas, corporaciones o agentes ubicados en un entorno geográfico específico, que tienen factores comunes de mercado, producto o servicio; lo cual les permite la creación y ejecución de un plan estratégico con el fin de potenciar la productividad y la eficiencia colectiva. Vale la pena mencionar que los clústeres se originan por las condiciones del mercado en términos de oferta y demanda de una región concreta y es por este actor (región) que se determinan las acciones para su creación.

Con la anterior premisa se da a entender la importancia de los componentes locales, aprovechando las fortalezas, los conocimientos y saberes tradicionales de la región y su vocación en el mercado; así es como se crean procesos de aprendizaje colectivos y horizontales con objetivos claros obedeciendo la dirección planteada.

Una vez aclarado el origen y el significado del término, se van a analizar las tres direcciones que puede tomar un clúster. El primero de ellos tiene como objetivo incrementar la productividad; por lo que se realiza un proceso de concentración de empresas similares para lograr reducir costos, mejorar habilidades corporativas como la negociación o alcanzar un nivel de experticia alto en algunas actividades.

La segunda dirección busca como objetivo principal la innovación, aquí es fundamental la incursión de nuevas tecnologías o herramientas digitales y la generación de nuevos proyectos empresariales que busquen mercados con necesidades específicas. Por último, orientada a las nuevas empresas, al realizar una colaboración por medio de una red empresarial se reducen los índices de riesgo para nuevos proyectos, apareciendo otras entidades que alimenten el clúster y la región.

Ahora bien, de acuerdo a las alianzas o asociaciones que se realicen en el clúster, este puede ser de tipo vertical u horizontal; el primero es entendido como la relación que se establece sobre las actividades, instalaciones o medios en los que recurre una empresa para ofertar su producto y el segundo, comprendido desde una visión de conocimientos, procesos y mercado; elementos que son comunes entre las empresas o agentes. Adicional de esta tipología y de acuerdo al artículo publicado por el portal web ‘Actualidad empresa’ se pueden distinguir cuatro clases más:

Porter establece que son entidades u organizaciones relacionadas en sus centros de producción para la mejora de la competencia.

Como un intercambio de productos y servicios entre la misma red, de esta forma se reducen costos.

Planteado como alianzas en torno a elementos regionales, nacionales o geográficos.

en su núcleo tienen a centros de investigación yuniversidades; estas se llevan a cabo cuando el propósito está orientado a temas tecnológicos o de conocimiento.

Para concluir, las condiciones que exige este tipo de alternativas estratégicas están pensadas desde la relación que va a tener las empresas; buscando mantener lazos entre las juntas directivas y los cargos principales de cada una de ellas. Se recomienda crear los clústeres con un número de 5 a 7 participantes; es importante no superar los 10. Allí es fundamental que al menos dos entidades o agentes busquen ser el eje estructural o el núcleo; de esta forma, se logrará tener mayor visibilidad en el mercado y se podrán fortalecer los temas de competitividad, siempre y cuando los actores que lo componen logren comprometerse y asumir las responsabilidades.

Visto desde cierta perspectiva, significa ganancia para todos los vinculados; no es importante únicamente la reducción de costos y aumento de la productividad, aspectos como la potenciación e implementación de algunos procesos más el impulso de habilidades y competencias, alimentan tanto a los participantes a nivel individual, como colectivamente. Adicional a ello, es una oportunidad que está anclada a los factores locales, regionales y nacionales, lo cual beneficia directamente el entorno en el cual se crea, generando empleos e incluso nuevas empresas que promuevan el alcance estratégico deseado.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *